La anorexia sacude a los jóvenes

Elisa no era capaz de probar bocado sin sentirse culpable. Su única alimentación consistía en un pobre trozo de bizcocho que había hecho su madre, un pequeño plato de verduras y un vaso de leche con tres galletas, alimentos todos ellos repartidos a lo largo de un día. Si se encontraba optimista, con suerte, se permitía comer algún filete de pollo empanado o incluso una ración de legumbres. Con tan sólo 15 años, ya odiaba su imagen reflejada en el espejo.

Este ejemplo de obsesión por mantenerse delgado se acerca demasiado a la realidad. Existen muchos chicos y chicas que, como Elisa, convierten sus cuerpos en sacos de huesos a base de exceso de ejercicio y una alimentación escasa y desequilibrada. Los datos hablan por sí solos.

En la Comunidad de Madrid, casi 200 personas están ingresadas en hospitales por trastornos alimentarios como anorexia o bulimia, de las cuales el 88% son menores. Pero la anorexia, a pesar de atacar a los más jóvenes, tampoco «olvida» a los pacientes de entre 25 y 34 años, que acudieron a un centro médico por este problema.

Es por ello que la sociedad debería informarse de las pautas para llevar una correcta alimentación y educar a los más pequeños para que desarrollen una vida sana, lejos de los estrictos cánones de belleza que predominan en el mundo de hoy.

Así, con el objetivo de que los enfermos no se sientan desamparados, la Consejería de Sanidad ha puesto en marcha un teléfono gratuito para todas aquellas personas que necesiten asesoramiento o ayuda psicológica: 900 60 50 40.

No seas como Elisa. Sólo tienes una vida.